miércoles, 29 de diciembre de 2010

Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas.




Odio la mentira. Una parte de mí muere cada vez que me mienten por insignificante y pequeña que sea la mentira dicha. Quiero saber la verdad aunque duela, aunque todas las partes de mi ser se compriman de dolor y sientan que van a estallar por la presión en cualquier momento. Lo cierto es que la verdad primero duele y, luego, nos libera. 

Pese a todo lo anterior, hay un dicho que dice que la ignorancia es una bendición... (yo doy fe de ello).  Aunque, bueno, eso se dice cuando ya la has perdido...









domingo, 19 de diciembre de 2010

Si no te gusta, no mires.




Últimamente no paro de pensar en lo hipócrita y desconsiderada que puede llegar a ser la gente. No es que yo sea una santita (lo reconozco), pero he de decir que no soy de esas personas que se dedican a juzgar a otros sin saber. Porque ahí está el problema: no saben una puta mierda de ti y nunca lo van a saber. Uno, porque tú no quieres. Dos, porque la única neurona que tienen en su cerebro no les permite ver mucho más allá.


La pregunta principal de esta cuestión sería: ¿quién te crees que eres? ¿Crees estar por encima de mí? ¿Te crees mejor que yo? Pues voy a decir una cosa y quiero que quede bien clara: tu mierda también huele.

viernes, 20 de agosto de 2010

(Im)perfección.









Querida vida,

Estoy en la época de cometer errores, de equivocarme, de caerme… ¡y yo lo hago mejor que nadie! Pero estoy madurando. Poco a poco. Estoy en continua evolución. Avanzo y retrocedo constantemente. Jamás llegaré a ser una persona verdaderamente formal; soy demasiado niñata e infantil como para ello. No me considero típica, aunque tampoco especial. La mayor parte del tiempo estoy evadida en mi propio mundo y no puedo ni quiero salir. Tengo mi cabeza y mi corazón arriba, en las nubes. No tengo equilibrio, tampoco termino medio. O arriba o abajo. Me pongo triste muy fácilmente. A veces soy por completo una niña pequeña. Vivo bajo mis propias reglas. Soy un verdadero caos por dentro. Digo lo más inadecuado en el momento más inadecuado. No pienso en las consecuencias de mis acciones ni en las consecuencias de mis palabras. Simplemente digo lo qué siento y cómo lo siento.

A veces no quiero vivir mi vida. Pero quiero hacerlo bien. Quiero esforzarme al máximo. Y todavía me queda mucho camino por recorrer; lo sé. Tengo presente que no puedo dar las cosas por hecho. Tengo que hacer que sucedan. O al menos intentarlo. Estoy segura de que es una de las claves de la vida. Darlo todo y no poder arrepentirme por lo que no he hecho y debería haber hecho. Lo tengo presente cada día. Rendirse ya no forma parte de mi estilo.

Pese a todo esto, he de reconocer que ni yo misma me acabo de conocer bien. No sé con exactitud lo que quiero y lo que no, lo que siento y lo que no, lo que deseo y lo que detesto. No puedo ver todo lo bien que quisiera lo que se esconde dentro de mi. Me queda todavía mucho por aprender, mucho por conocer, mucho por sentir, mucho por vivir. Soy 100% consciente de aquellos momentos en los que siento que no soy lo suficiente, que no me gusto tal y como soy, que estoy fuera de lugar, que creo no encajar, que me gustaría ser una persona distinta o, por lo menos, sentirme diferente. Pero, si una cosa tengo clara, es que no puedo/quiero/debo cambiar la forma en la que soy. Y, si algún día lo hago, no lo haré por nadie que no sea yo misma, porque en el fondo, dentro del caos interno que cargo cada día detrás de mí, sé que estoy perfecta dentro de la piel en la que me ha tocado vivir. Tengo suerte de ser quién soy.

Así que… ¡jódete, esta soy yo y no puedo cambiarlo ni ocultarlo ni remediarlo! Me guste o no. Te guste o no. Sólo tengo una vida y no voy a vivir una mentira fingiendo ser alguien quién no soy. ¿Podrás soportarlo?

Atentamente,
Helena.

sábado, 19 de junio de 2010

NO TODO SON MARIPOSAS Y ARCOIRIS DE COLORES.



E inesperadamente aquella vieja sensación te vuelve a golpear el pecho. Aquella garra continua oprimiéndote el corazón. Tira de ti con insistencia y amenaza con no abandonarte nunca. Cada uno de tus latidos pesa más y más. Dentro de ti algo continúa rompiéndose y te arrebata de lo mejor. Te sientes en la más profunda oscuridad. Te consumes en tu propio abismo de sentimientos. Olvidas el más esperanzador de todos tus sueños. El dolor que sientes va más allá de los campos físicos. Atraviesa zonas hasta ahora inexploradas que llegan hasta los más profundos recovecos de tu mente. El dolor está dentro y no fuera. No es ninguna herida que puedas curar con una tirita. No, sé que no es fácil. Todo comenzó a caer. Tu mundo se desmoronó. Primero gradualmente y luego de repente. Tu cordura te abandonó hace ya tiempo. Has atravesado la línea de la insensatez. Un dolor tan real que no sabes ni si el tiempo lo podrá borrar. Es algo más fuerte que tú. Es duro vivir cada día con este sentimiento. ¡Te sientes tan vacío, tan roto! Un juguete defectuoso sin posibilidad de devolución. Llegar a tu propia fecha de caducidad. El sol se ha escondido detrás de las nubes y no quiere salir. Ahora sólo eres la sombra de lo que finges ser y lo que no puedes llegar a ser. Te consumes en viejos recuerdos, escondes tus miedos, reprimes tus sentimientos…

Pero ¡EH, TU! ¡SÍ, TÚ! ¡TE DIGO A TI!
Tú importas. Sé fuerte.


Tienes que esperar a que todo pase. A que llegue el momento de volver a volar. A volver a disfrutar de la vida, de secar tus lágrimas. Encontrar la fuerza en tu interior. Dejar de huir. Enfrentar tu destino. Encontrar la luz al final del camino. ¡Sé que es duro mantenerse de pie! La vida es una mierda. Sí. Pero sigue. Nadie puede pararte. Nadie puede decirte que tienes que dejar de vivir. Nadie. Ni tu mismo.
Bum-Bum. Bum-Bum. ¿Qué es eso? ¿Lo oyes? Son los latidos de tu corazón. Puede ser hace tiempo que te creías muerto. Hace ya tiempo que dejaste de sentirte vivo. Pero tu corazón continúa latiendo. De hecho, nunca ha dejado de latir. Sigues respirando. Sigues viviendo. Probablemente ya no volverás a ser nunca el mismo. Has llorado. Has sufrido. ¡Has madurado! ¡Has crecido! Levántate. Deja atrás el dolor. Recupérate. Deja que el tiempo borre las huellas de las heridas del pasado. La tormenta no puede durar siempre. Pronto saldrá el sol. El pasado es real y te recuerdas quién eres. Pero continúa. Valora tu vida por las veces que sonríes. Sigue hacia delante. ¡TÚ PUEDES!










sábado, 20 de febrero de 2010

GRADUALMENTE Y LUEGO DE REPENTE.



Y no me puedo creer todavía que llegase a utilizar el verbo ****! Pero lo hice y lo que más me preocupa es que no me arrepiento…


Fui ímbecil. Rectifico: Soy ímbecil. Muy pero que muy ímbecil. Sé que no tengo que mirar atrás y debo seguir hacia delante pero me cuesta tanto a veces... Supongo que estas son las cosas que me convierten en lo que soy y lo que seré. Si pudiera, hay tantas cosas que cambiaría y haría de otra manera… Pero si hiciera eso no sería como soy ahora. No es que me guste especialmente pero si me pierdo a mí misma… Qué me queda?


En verdad muy pocas personas sabrán de qué estoy hablando y muchas personas creerán que lo saben pero no saben una mierda… Quién me conoce de verdad? Visto lo visto ni siquiera yo misma…


PD: Cuándo se me fue todo a la mierda y cómo no me dí cuenta?









domingo, 31 de enero de 2010

Plutot mourir que renoncer!



Esto estaba totalmente abandonado y uno de mis propósitos para este nuevo año era retomar el blog. ¡Me ha costado un mes finalmente decidirme pero aquí estoy!




¿Qué decir? Mi vida es mortalmente aburrida y las cosas que pasan que la hacen interesante no es que sean precisamente buenas y no soy de esas a las que les gusta contar su vida por las redes sociales (o al menos no directamente).




Mi vida últimamente se reduce a libros de lectura del instituto que preferiría no leer, clases mortalmente aburridas, momentos embarazosos en los que preferiría que se me tragará la tierra o que me devorara un dinosaurio gigante, amores no correspondidos, canciones que ya no quiero/puedo escuchar, profesores que me tienen manía, tardes de "estudio", una habitación completamente desordenada, padres que no me comprenden, tardes tumbada en la cama sin hacer absolutamente nada, cajas de chocolatinas vacias y un corazón roto...