domingo, 23 de enero de 2011

RABIA.


Es la palabra exacta. Mucha, mucha rabia. No te puedes imaginar lo que jode hasta que te pasa. Jode tener que adoptar responsabilidades no acordes con tu edad. Jode que haya gente que no se tenga que preocupar en su puta vida de cosas que te desgarran por dentro y te queman. Jode no poder llevar una vida del todo normal. Jode que haya miles de personas en el mundo y que te toque justo a ti. Pero, bueno, que le peten al mundo porque A MI NADA NI NADIE ME VA A HUNDIR. 

domingo, 9 de enero de 2011

Un final Made in Hollywood.

Yo, pegote blanco situado a la derecha (o a la izquierda, suelo confundime).


Hoy hace nueve días, empezó el año 2011 y es en estas fechas cuando mucha gente escribe la típica entrada insufrible en la que habla de sus propósitos para el nuevo año y toda esa ****** que nunca se cumple (seamos realistas), pero en vez de eso yo simplemente voy a dar un pequeño testimonio de lo mucho que crecí el año pasado y de los batacazos que me pegue una y otra vez sin remedio hasta llegar donde estoy.

Desde luego no es que pueda decirse que sea una de esas personas que saben cuidar de si mismas o que "se lo monten bien" en la vida. Para empezar, empece el año con el corazón (¿ligeramente?) resquebrajado y ese, claro está, no fue un buen comienzo. Por norma general, pase el año pasado a trompicones, caídas, subidas, bajadas, trompazos e idas de olla. Eso sí, si no fuera por todo el caos interno que me inundó el año pasado, este año no estaría orgullosa de ser exactamente quien soy. Es cierto que quedan ciertos puntos por trabajar si no quiero estallar si algún día se vuelve a avecinar "una tormenta", pero desde luego que hoy por hoy estoy satisfecha de ser quién soy.

Por todo esto, debería dar las gracias a la gente que me ha machacado, me ha herido, me ha traicionado, me ha fallado, me ha humillado, me ha ofendido y me ha hundido. Y sí, amigos, en este grupo de gente me incluyo en primer lugar A MÍ MISMA. Yo sé lo que es tener al enemigo en casa.